El “London Trader” no entró la semana pasada al puerto Mar del Plata por falta de cargas. El operador asegura que es un hecho circunstancial. Desde el Consorcio anticipan que harán estudio de prefactibilidad para colocar grúas en el muelle 2.

Que las exportaciones de la industria pesquera atraviesan uno de los momentos más crudos del año no caben dudas por lo que cuentan los propios actores del sector. Caída de precios del langostino entero, falta de demanda desde Europa, devaluación del euro, conforman un combo que ha frenado las ventas.

La semana pasada el puerto de Mar del Plata sintió los efectos de manera tangible. El buque portacontenedores “London Trader”, un barco al servicio de la naviera Maersk, zarpó de Montevideo y no entró a la terminal marítima tal como lo venía haciendo desde que se restableció la presencia de este tipo de barcos en 2015. El barco siguió de largo rumbo a Puerto Deseado.

El no ingreso del buque genera preocupación por el futuro de la escala, pero también un impacto laboral en el sector de servicios y proveedores. Sin el buque en el muelle no trabajan estibadores ni transportistas, los principales rubros que se vinculan al movimiento de los contenedores.

Pero tampoco presta servicio la agencia marítima que contrata Maersk, el práctico que guía la entrada y salida del buque, los remolcadores que lo auxilian en la operatoria y tampoco los inspectores y fiscalizadores de los organismos de control como Senasa y Aduana. Mucho menos el Consorcio, que se pierde de cobrar casi 300 mil pesos que deja la naviera por un día de amarre en la sección octava del muelle 2.

La falta de contenedores full reefers para subir al buque en Mar del Plata es la causa principal que exponen distintos actores involucrados en su operatoria dentro del puerto local. También que la menor carga que se origina sigue saliendo por otros puertos.

“Las exportaciones pesqueras tienen sus vaivenes y ahora atravesamos un momento muy bajo; tenemos que seguir trabajando localmente para poder revertirlo”, aseguró Emilio Bustamante, uno de los directores de TC2, el operador del servicio logístico de la carga que se exporta por Mar del Plata. “También es un problema para nosotros que no venga el barco porque pagamos las tierras de la concesión y no tenemos movimientos”, reflejó el directivo.

En la administración del puerto se enteraron un par de días antes de que el buque pasaba frente a la costa, pero no entraba. “No había carga suficiente. Es algo que está pasando en todos los puertos. Bahía Blanca sufre algo parecido”, remarcó Gabriel Felizia, presidente del Consorcio Portuario.

Bustamante reconoció que no había carga consolidada en la plazoleta esperando la escala del portacontenedores al tiempo que afirmó que “toda esa carga sale por la autovía hacia las terminales porteñas”.

El goteo de cargas por la ruta no es un fenómeno nuevo; sin embargo, el puerto marplatense no ha podido revertirlo. Más del 80 por ciento de la carga exportable que el año pasado pasó por el escáner de Aduana no se exportó por Mar del Plata sino por otras terminales.

La escala en la que el “London Trader” pasó de largo la semana pasada era la 17 del año. En los primeros 10 meses de 2022 por Mar del Plata se exportaron 47.451 toneladas, un 10 por ciento menos que en el mismo período del año pasado, según las propias cifras que divulgó TC2.

En todo el año 2021 se exportaron 68.151 toneladas por Mar del Plata. En este contexto de caída de ventas y con el barco salteando la entrada, será muy difícil repetir esa performance. “Esta situación es circunstancial; estamos evaluando la próxima escala”, dice Bustamante para despejar dudas.

Pero de acá al inicio de la temporada de calamar, cuando el buque portacontenedores asoma con mayor frecuencia en la costa marplatense, no hay indicios de que la situación mejore en cuanto a nivel de ventas.

“Hapag Lloyd tiene un flete bastante más barato que Maersk y muchas empresas están cargando con ellos y salen por Buenos Aires”, confió un despachante de Aduana consultado por este medio.

Maersk es la única naviera que sigue entrando al puerto desde que se restableció el servicio hace siete años. La empresa MSC dejó de venir hace dos años cuando el movimiento de cargas cayó en un pozo como el de ahora y no volvió más. Los contenedores que mueve de la pesca se los lleva en camión por la autovía como hacen otras navieras.

Una de las falencias del puerto es que no dispone de grúas en muelle para que puedan entrar barcos sin grúas propias como tiene el “London Trader”. En el Consorcio trabajan para elaborar un pliego con vistas a una futura licitación del servicio logístico en el muelle 2 que comprende un mayor plazo de uso en base al nivel de inversión por aplicar en el predio. Lo anuncian desde el año pasado, pero todavía no hubo grandes avances.

Felizia sumó ya dos años y medio de gestión. Detener el goteo, exportar desde donde se produce, fue un objetivo que el propio gobernador Axel Kicillof hizo público en el acto en que el Ministerio de Transporte de la Nación aportó fondos para pagar parte del último dragado.

Ese objetivo sigue pendiente. “Estamos haciendo un estudio de carga para determinar la tolerancia que tiene el muelle”, dice Felicia. “Luego se hará un estudio de prefactibilidad para saber si podemos colocar grúas pórticos como hay en el puerto de Buenos Aires, o es suficiente poner grúas móviles. Con eso podremos sumar mayor oferta de barcos e incrementar las cargas”, remarcó el presidente del Consorcio.

FUENTE:  ROBERTO GARRONE – REVISTA PUERTO #NUESTROMAR

25/11/2022