A principios de abril, el administrador del Canal de Panamá, Ricaurte Vásquez Morales, se comprometió con mantener la vía interoceánica segura y abierta durante la pandemia. En ese momento, las cadenas de suministro globales que dependían del Canal para transportar productos esenciales se enfrentaban a disrupciones debido a los aislamientos de cada país que afectaron a los puertos, fábricas y consumidores, creando un creciente nivel de incertidumbre.
Dicho compromiso no presentaba un reto fácil, ya que, en condiciones normales, aproximadamente 1,200 embarcaciones transitaban la vía interoceánica cada mes, cada una requiriendo que varios miembros del equipo de operaciones de tránsito del Canal los abordaran y facilitaran su paso a través de la vía de 50 millas. Con la crisis sanitaria del COVID-19, la salud y el bienestar de los trabajadores del Canal y las tripulaciones de los clientes estaban en juego. Si el contagio se salía del control, incluso, podía afectar la continuidad de las operaciones del Canal.
Sin embargo, a lo largo de sus 106 años de existencia, el Canal ha tenido que adaptarse y operar a través de crisis globales. Esta experiencia le ha permitido atender eficazmente a más de 1,700 puertos en 160 países, las 24 horas del día, los 365 días del año. Por lo tanto, a partir de enero 2020, la administración del Canal implementó protocolos de seguridad para garantizar la continuidad del servicio sin interrupciones para las comunidades y economías que dependen de él.
“Habrá luz al final del túnel y planeamos estar listos para apoyar a nuestros clientes cuando llegue ese día”, escribió el Administrador en mayo. “Mientras tanto, el Canal de Panamá seguirá desempeñando un papel fundamental para garantizar que las necesidades básicas de las personas, incluyendo alimentos y medicamentos, se satisfagan todos los días durante la pandemia”.
Hoy, el Canal de Panamá marca una promesa cumplida: la vía interoceánica ha priorizado la salud del equipo sin interrupciones en el tráfico y ahora da cuenta de niveles de tránsito cercanos a los pre-pandemia.
Hoja de Ruta del COVID-19 del Canal
Para garantizar su servicio seguro y continuo, el Canal de Panamá se preparó temprano, guiado por su experiencia centenaria.
“Como las operaciones dependían en gran medida de una cultura de seguridad primero, ya existían protocolos para manejar las enfermedades infecciosas”, citó el Informe Marítimo 2020 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por su sigla en inglés). “Este reglamento fue la base del abordaje inicial de la Autoridad del Canal de Panamá para enfrentar la pandemia, ya que estableció los procedimientos a seguir antes del arribo de un buque y los requisitos generales, así como los protocolos de inspección y medidas de salud, que incluyeron procedimientos diseñados para enfermedades infecciosas”.
Sobre la base de estos procedimientos, la vía interoceánica desarrolló nuevos protocolos de respuesta ante el COVID-19 siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en coordinación con el Ministerio de Salud de Panamá (MINSA). Estas medidas debían actualizarse constantemente para garantizar operaciones seguras tanto para su fuerza laboral como para los miembros de la tripulación de los clientes.
Para marzo, las operaciones cambiaron a fin de trabajar de forma remota o con distanciamiento físico, con el personal en sitio programado únicamente al necesario según los tránsitos proyectados. Para minimizar el riesgo de infección y fatiga, el Canal reorganizó los turnos, coordinó transporte privado, ofreció habitaciones de hotel, proporcionó equipos de protección, creó un equipo de respuesta al COVID, tomó la temperatura al llegar al lugar de trabajo, desinfectó las instalaciones y el equipamiento con regularidad y realizó pruebas serológicas a toda la fuerza laboral. Según la UNCTAD, “el arribo de buques seguía siendo elevado y tales medidas eran claves para garantizar la seguridad y disponibilidad de la fuerza laboral, al tiempo que se mantenían operaciones eficientes y sin problemas para los clientes”.
Elevando los estándares de seguridad
La llegada del Zaandam de Holland America a fines de marzo puso rápidamente a prueba estas medidas. Con varios pasajeros y tripulantes enfermos, diversos puertos sudamericanos le habían negado la entrada antes de llegar a aguas panameñas. Para brindar apoyo, el Canal de Panamá comenzó a coordinar de cerca con Holland America y el MINSA, que inspeccionaron y autorizaron cada buque antes de su paso. Juntos, facilitaron el traslado de pasajeros sanos y suministros entre el Zandaam y Rotterdam, un segundo buque de Holland America que llegó para ayudar. Luego, como acto de buena voluntad humanitaria, el Canal de Panamá facilitó el tránsito de ambas embarcaciones.
Para alcanzar este objetivo, el administrador Vásquez Morales, la subadministradora Ilya Espino de Marotta e innumerables otros miembros del equipo del Canal establecieron extremas medidas de seguridad en coordinación con el MINSA. Optaron por utilizar las esclusas neopanamax más amplias y nuevas de la vía interoceánica para ambos tránsitos, al tiempo que redujeron el número de colaboradores del Canal necesarios a bordo a dos pilotos que se ofrecieron voluntariamente para la maniobra especial.
A través de este sentido de solidaridad, camaradería y diligencia, el Canal de Panamá acortó el regreso del Holland America a Estados Unidos por más de dos días. De acuerdo con la UNCTAD, “esta experiencia elevó los estándares para manejar situaciones similares en el futuro”. También, reafirmó el compromiso de la vía interoceánica en continuar sirviendo a quienes dependían de ella en momentos de necesidad.
Permanecer seguro en medio de la recuperación
Si bien la vía interoceánica ha tenido casos de COVID-19 dentro de su fuerza laboral, ninguno ha sido vinculado a, ni ha afectado, la operación de tránsito. El Canal de Panamá continúa manteniendo estrictos protocolos para garantizar la seguridad de su personal y las tripulaciones de los clientes.
El equipo de operaciones ha vuelto a su plantilla completa desde mayo, trabajando en turnos que representan el tiempo y personal necesario para cumplir con todos los procedimientos de seguridad. Después de meses de trabajo diligente, han observado un repunte en el tráfico.
Los portacontenedores, el segmento más grande del Canal, ya están regresando a tasas constantemente por encima de las proyecciones establecidas en mayo a medida que la economía global se recupera lentamente y los comercios minoristas de EE. UU. se reabastecen antes de la temporada de fin de año.
Los tránsitos de graneles secos ahora superan las proyecciones anteriores, ya que las granjas de cerdos de China aumentan la demanda de granos, además de los constantes envíos de carbón desde Colombia a Chile y México. Los tránsitos de GLP, GNL y tanqueros se han recuperado también, debido a las condiciones favorables del mercado.
Para adaptarse al reciente aumento de la demanda de tráfico, el Canal ha realizado ajustes operativos, aumentando la cantidad de tripulaciones operativas y manteniendo sus protocolos de seguridad, para dar lugar a más tránsitos por día para buques que arriban sin reserva.
Además, el Canal ha proporcionado medidas de alivio a sus clientes que incluyen la prórroga del pago de las tarifas de reserva para mantener una mayor liquidez y la exoneración de las tarifas de reserva para los buques de pasajeros que han sido los más afectados durante estos tiempos difíciles.
El Canal de Panamá siempre priorizará la seguridad, como lo hizo durante el desarrollo de la crisis sanitaria, adaptándose, según sea necesario, de acuerdo con la situación. Este enfoque y el cumplimiento de la seguridad contribuyeron a que el Canal permaneciera abierto sin ningún cierre o interrupción del tráfico durante la pandemia, permitiendo que los clientes continúen entregando bienes esenciales en todo el mundo. El Canal de Panamá mantiene su compromiso de adaptarse rápidamente a la recuperación económica mundial, y bajo todas las medidas de seguridad necesarias aún en marcha. Fuente: Canal de Panamá