Familiares de los 44 tripulantes del submarino argentino ARA San Juan encabezaron hoy una concentración frente a la Base Naval de Mar del Plata para conmemorar los once meses cumplidos desde su desaparición, y seguir reclamando la aparición del mismo y conocer la verdad sobre el suceso.
Como el día 15 de cada mes, la ciudad y otros puntos del país de los que procedían los marinos volvieron protagonizar concentraciones, mientras en alta mar prosigue el segundo intento de hallar el submarino, por una empresa estadounidense contratada por el Estado.
Marta Vallejos, hermana de Celso, uno de los tripulantes del San Juan, contó que ante esta nueva búsqueda “las esperanzas siempre están” y tratan de “ver el lado positivo”, pero ya ha pasado más de un mes desde que la compañía Ocean Infinity comenzó los rastreos y todavía no hay indicios, lo que considera “preocupante”. “¿Tienen toda la tecnología y no lo encuentran? Es rarísimo”, dijo Vallejos, que explicó que no es la única de los familiares que duda sobre el rumbo de los esfuerzos del Gobierno.
El ARA San Juan emitió sus últimas señales hace un año, después de que se registrase una explosión en la zona en la que navegaba; una desaparición que fue seguida de una gran campaña internacional para tratar de rescatar a los marinos primero, y más tarde encontrar el sumergible. Pero cinco meses después, la búsqueda con tecnología de primer nivel fue pospuesta con la marcha del busque oceanográfico “Yantar”, el último que se mantenía en el operativo.
Tras meses en los que el Gobierno buscó una fórmula para continuar con la búsqueda,en los que mediaron protestas de los familiares y reuniones con el Gobierno, la Armada argentina contrató a la empresa estadounidense, que solo recibirá los 7,5 millones de dólares pactados en caso de hallar el submarino.
El Seabed Constructror, propiedad de la compañía, cuya gran baza para hallar el sumergible son los drones subacuáticos con capacidad para sumergirse a más de 6.000 metros, partió finalmente el pasado 7 de septiembre e inició la segunda fase del rastreo, para la que el contrato fijó un plazo mínimo de dos meses y un máximo de cuatro.
En el tiempo transcurrido desde entonces, se han investigado decenas de “puntos de interés” arrojados por los sensores, aunque todos ellos han sido descartados, una información que los familiares reciben a través de dos informes al día, pero que algunos como Marta Vallejos acoge con desconfianza: “Hubo tantas mentiras de por medio, que a mi me cuesta muchísimo creerles”.
A bordo del Seabed Constructor se encuentran cuatro observadores de las familias de los tripulantes, y “para ellos debe ser mucho más difícil”, opinó Vallejos, que al igual que el resto de seres queridos que permanecen en tierra firme está en contacto diario con quienes presencian la búsqueda desde el barco. Aunque la hermana de Celso Vallejos llega a dudar de la versión oficial de una avería en el ARA San Juan, afirmó que en caso de que este sea encontrado, las familias pedirán que sea reflotado: “Queremos los cuerpos y ellos se merecen estar en el lugar que cada tripulante hablo con sus familias en caso de que algo pasara”.
Fuente: La Capital de Mar del Plata, Foto: Gentileza Darío Palavecino.